MARCELO JAVIER NEIRA NAVARRO
Fecha de publicación 20 de mayo de 2020
Pese a estar relativamente cerca, Río Negro y Purranque vivieron de distinta manera el terremoto de mayo de 1960.
Antes de llegar a la información del terremoto propiamente tal, es necesario explicar los procesos que responsables del paisajes de la zona tal como lo vemos actualmente.
Procesos
El territorio de Purranque y de Río Negro se han configurado a partir de procesos geológicos como el (1) tectonismo, (2) la acción volcánica y (3) la acción de las sucesivas glaciaciones. (4) El clima, si bien igualmente interviene en el modelamiento del paisaje, en relación a los anteriores fenómenos tiene una muy menor relevancia, aunque ciertamente tiene su papel, en tanto actúa como cubierta protectora.
1.- Procesos tectónicos
El material que conformará la Tierra tras millones de años de enfriamiento paulatino, dio lugar a un componente más frío que se acomodó en torno al núcleo más caliente. Millones de datos acumulados, incalculable cantidad de experimentos, observaciones y mediciones, permiten concluir actualmente que la actividad de las fuerzas tectónicas son las que explican el estado actual del globo, con sus sistemas montañosos, cuencas, volcanes y sistemas ígneos, terremotos, sistema magnético y temperaturas internas y externas.
La “teoría de la tectónica de placas” o de “deriva continental”, es una idea que ha vivido un verdadero proceso histórico. Abraham Ortelius, en Bélgica, en 1596, publicó el Atlas “Theatrum orbis terrarum” en donde de manera grandiosamente simple y con muy pocos argumentos, postuló cierta coincidencia en las formas continentales de Norteamérica, Eurasia, Sudamérica y África (Una copia de esta obra se encuentra en la Sala Medina de la Biblioteca Nacional. Y se puede bajar del Portal Memoria chilena desde el siguiente URL., http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/mc0018370.pdf ).
La generalización de los mapamundis, en el marco del proceso de «descubrimientos científicos”, permitirá a Francis Bacon en 1620 y Francois Placet en 1658, reparar en la coincidencia que mostraban los continentes, aunque no desarrollaron la idea.
A mediados del siglo XIX, Antonio Snider presenta a penas un esbozo de lo que iba a ser la teoría de la tectónica de placas. En su libro titulado “»La creación y sus misterios desvelados: una obra en la que la naturaleza de todos los seres está claramente expuesta, los elementos de los que están compuestos y sus relaciones con el globo y las estrellas, la naturaleza y la situación del fuego del sol, el origen de América y sus habitantes primitivos, la formación forzada de nuevos planetas, el origen de los idiomas y las causas de la variedad de fisonomías», estudio el de Estados Unidos y de Europa. El título original fue el siguiente:
“La Création et ses mystères dévoilés: ouvrage où l’on expose clairement la nature de tous les êtres, les éléments dont ils sont composés et leurs rapports avec le globe et les astres, la nature et la situation du feu du soleil, l’origine de l’Amérique et de ses habitants primitifs, la formation forcée de nouvelles planètes, l’origine des langues et les causes de la variété des physionomies, Paris, A. Franck, 1858 (1ª ed.)
Pero será Alfred Wegener (1880-1930), el que desplegará la teoría “de placas” en toda su complejidad a partir del libro “Die Entetehung der Kontinente und Ozeane”. Una traducción de la obra de 1922, se titula “El origen de los continentes y océanos. Edición de Francisco Pelayo. Clásicos de la Ciencia y la Tecnología, Editorial Crítica (Barcelona, 2009, 392 pp. ISBN: 978-84-8992-018-5).
La perspectiva teórica de la Tectónica de Placas permite, entre otros aspectos, una explicación razonable al fenómeno de la estructuración de los continentes a nivel planetario. Y por supuesto, también explica la configuración geológica de la zona de Purranque y Río Negro.
Los fenómenos geológicos son difíciles de comprender ya que involucran procesos históricos de miles de millones de años, por lo que desde la perspectiva humana parecen inexistentes. Una excepción a esto, precisamente, son los cataclismos geológicos relacionados a terremotos.
La hipótesis básica de la tectónica de Placas es que los continentes alguna vez habrían estado juntos formando el “pan-gea”, pero comenzaron a alejarse. La hipótesis de Wegener, fue que donde había “…antiguas conexiones de tierra firme que se hunden en la profundidad de los océanos, aceptamos ahora la ruptura y separación de los témpanos continentales”.
La tectónica de placas considera que la litósfera está dividida en varios grandes segmentos relativamente estables de roca rígida. Se trata de siete grandes placas curvas. Para el caso, importa la Placa del Pacífico que abarca todo lo extenso de nuestro territorio chileno.
Todas las placas se deslizan horizontalmente sobre la roca más blanda inmediatamente por debajo. De este modo, la Placa del Pacífico, se enfrenta a la placa de Nazca, digamos, la placa continental, que en su vertiente Oeste configuró la Cordillera Mezo-dorsal del Pacífico por surgimiento del magma creando nuevo fondo marino y empujando hacia la placa Sudamericana, lo que produce un fenómeno de subducción, que explicaría el origen de los sismos ocasionados por este choque.
Del mismo modo, la presión ejercida por la placa del Pacífico, la sudamericana y la de Nazca, explica el plegamiento de la Sudamericana. Y explica también la formación de las cadenas de la Cordillera de los Andes y la Cordillera de la Costa.
En el territorio habitualmente llamado de la “depresión intermedia”, entre la Cordillera de los Andes y la Cordillera de la Costa, ha sido tallado más específicamente por las glaciaciones, los sistemas fluviales, la erosión eólica, la lluvia, el clima y fenómenos asociados al vulcanismo. Y todos en conjunto, dieron origen a una muy particular vegetación característica, denominada “pluviselva valdiviana”.
2.- La acción volcánica
La acción de los volcanes es influencia directa de la actividad de la Tectónica de Placas. Ella es responsable de una permanente deposición de materiales piroplásticos en el valle central longitudinal.
3.- Las glaciaciones
La acción de los glaciares, es responsable del predominio de entidades lacustres y del modelamiento de la zona andina, especialmente en la zona sur del país.
Durante el período Cuaternario, las glaciaciones se producen en intervalos temporales irregulares y ha pasado por varios períodos glaciales separados por periodos interglaciales. La última glaciación terminó hace unos 10 mil años y afectó principalmente a Europa, Norteamérica y Sudamérica. Todavía se desconoce por qué se producen solo en determinados momentos.
Lo importante de todo es que la zona de Temuco al sur, fue afectada por la glaciación. Y una vez que este proceso decae, los glaciales retroceden, dejando entre otros testimonios una gran cantidad de lagos.
Refiriéndose a la “Patagonia septentrional”, en el año 1928, Juan Brüggen señala que la glaciación afectó a,
“…las serranías andinas situadas entre Llanquihue y el itsmo de Ofqui, serranías en las cuales la glaciación toma un desarrollo tan grande que luego deja muy atrás a los glaciares de los Alpes” (Juan Brüggen, La glaciación actual y Cuaternaria de la cordillera de Los Andes, Anales de la Universidad de Chile, Balcells & Co., Santiago, 1928, p. 53).
Los efectos de un glacial sobre el terreno, obviamente son múltiples. Van desde el desgaste de rocas al moverse, dejando las llamadas “estrías glaciales”; también dan origen a ciertos accidentes topográficos como los llamados “valles glaciales”, cuya principal característica son las paredes abruptas en forma de “U”, por ejemplo, muy característico en el valle que conduce al Lago Todos Los Santos; también fragmenta y muele rocas, transportando y depositando estos residuos en la parte frontal del glacial: este fenómeno se denomina “morrena frontal”. Y al final, como ocurrió en el sur de Chile, la retirada de ellos dejó como resultado una serie de lagos, con valles y cuencas. Pero el glaciar también es responsable de la ondulación de terrenos. En el caso de la zona del Lago Llanquihue, los terrenos ondulados se observan en la costa oeste del mismo lago, debido a que en esa dirección avanzaba el glacial. En este mismo sector, se pueden encontrar los depósitos aluviales, fluvioglaciales, relleno y en algunos casos compactado de material.
El caso de Purranque y Río Negro
La zona de Purranque se emplaza geológicamente en lo que se conoce como “cuenca de Llanquihue”. El caso de la vecina localidad de Río Negro, sin embargo, se encontraría fuera de la influencia de la referida cuenca.
Geología de Purranque
El emplazamiento de Purranque se encuentra en medio del valle longitudinal, zona en que, si bien se vio afectada por los grandes procesos tectónicos, volcánicos y glaciales ya señalados, fue una zona principalmente de deposición de materiales. Y, sin embargo, de algún modo, igualmente está unida a la cuenca lacustre del Llanquihue. Por eso su geografía es esencialmente plana y compactada. Los procesos de drenaje tampoco la caracterizan de manera sustantiva.
Geología de Río Negro
Geológicamente, la ciudad de Río Negro está situada en la gran planicie entre la Cordillera de Los Andes y la cordillera de la Costa. Esta planicie forma, con interrupciones, la continuación austral del Valle Longitudinal de Santiago. Pese a que en el resto del valle se pueden encontrar rellenos principalmente de material fluvioglacial y también restos de morrenas terminales todavía no removidas por la erosión, en el caso de la zona de Río Negro, no hay morrenas.
De acuerdo a un informe post terremoto de 1960, la zona de Río negro se caracteriza por,
“…sedimentos fluvioglaciales compuestos de areniscos más o menos arcillosos con cierta estratificación, en algunos casos, y con líneas de rodados que en ciertos lugares crecen a verdaderas capas conglomerádicas, en especial directamente debajo de la superficie de las terrazas. No se observan las capas de arcilla bandeadas de origen lacustre que forman el fundamento del fluvioglacial arenoso de Puerto Montt y Puerto Varas, lo que indica que Río Negro se encuentra ya fuera de la zona de los lagos donde se formaron estos sedimentos” (Herbet Thomas, William Bowes, Nelson Bravo, Informe Río Negro. Informe geológico sobre los efectos del terremoto del 22 de mayo de 1960, en la ciudad de Rio Negro, documento propiedad de Martina Held Höchtl, Archivo Familiar).
De acuerdo al mismo informe, además, estos depósitos no alcanzaron a ser compactados por los glaciares en la zona de Río Negro,
“…todos los sedimentos muestran una meteorización bastante profunda de barro arenoso de color anaranjado o café oscuro ya algo mezclado con humus. Es obvio que los sedimentos de Río Negro fueron depositados ya a cierta distancia del término de los glaciares después de un largo transporte durante el cual se mezclaron con rocas expuestas al aire y algo meteorizadas. Además es muy probable que estos sedimentos fluvioglaciales depositados en el centro del Valle Lontitudinal no tuvieron nunca una cubierta potente de estratos que ahora hayan sido removidos por la erosión. Por esta razón estos sedimentos no tienen una compactación tan fuerte como los depósitos fluvioglagiales, correspondientes de la región de los lagos” (Herbet Thomas, William Bowes, Nelson Bravo, Informe Río Negro. Informe geológico sobre los efectos del terremoto del 22 de mayo de 1960, en la ciudad de Rio Negro, documento propiedad de Martina Held Höchtl, Archivo Familiar).
4.- El clima
En materia de clima, la zona de Purranque y de Río Negro no poseen diferencias. Ambas localidades se caracterizan por un clima templado, cálido, lluvioso con influencia mediterránea. Con promedios de temperaturas poco uniformes. En el verano los promedios se mantienen por los 15°C; mientras que en invierno, bordean los 6°C.
Las lluvias, por su parte, bordean los 1.300 milímetros anuales. Y, en general, llueve todo el año, aunque las precipitaciones son mayores en el invierno que en el verano.
En fin, como parte de los procesos geológicos derivados de la tectónica de placas, existen los cataclismos geológicos relacionados a terremotos.
22 de mayo de 1960
El resultado del Terremoto del 22 de mayo de 1960, fue absolutamente distinto para el caso de Purranque y Río Negro. Y esto se debió a los distintos procesos geológicos operados en ambas localidades.
En Purranque ciertamente hubo consecuencias derivadas del terremoto. Por ejemplo, el párroco de la ciudad era el sacerdote de la «Preciosa Sangre» Thomas Sweeterman. Uno de sus dos compañeros de orden, el padre Joseph Herber, luego del terremoto, informó a sus superiores que,
“La torre de la iglesia se cayó y el Padre Thomas tiene miedo de usar la iglesia todavía, porque el techo se cayó. La casa parroquial no da seguridad y puede caerse en cualquier momento. El edificio del colegio de primaria está combado por adelante y atrás, y algunas partes, tienen grietas. El edificio del colegio de secundaria, sin embargo, soportó todo bastante bien, y los Padres lo han adoptado como su casa.
“Aquí en Purranque, no creo que haya una sola casa que haya quedado firme…pero, gracias a Dios, todos nosotros todavía estamos entre los vivos y todavía tenemos algo que comer.(Portal Misioneros de la Preciosa Sangre, URL., https://sites.google.com/site/chilecpps/60-anecdotas-en-purranque/64-terremoto-de-1960).
Pese a la opinión del padre Herber, las consecuencias del terremoto en Purranque habían sido de mucha menor magnitud que en la vecina ciudad de Río Negro.
En medio del desolador desastre dejado por el terremoto de mayo de 1960, especialmente en la zona de Valdivia al sur hasta Puerto Montt, por encargo del gobierno central, el 1° de julio de 1960 se presentaron en Río Negro el científico William Bowes, geólogo de la Atomic Energy Comission de los Estados Unidos y Herbert Thomas y Nelson Bravo, del Instituto de Investigaciones Geológicas de Chile. El objetivo de esta comisión fue estudiar los efectos del terremoto y determinar las áreas “seguras y las peligrosas” para reconstrucciones dentro del terreno urbano de varias ciudades del sur de Chile.
Para los estudios de Río Negro, la Comisión sólo dispuso de un día. Pero sus integrantes llegaban con la evidencia de que el nivel de destrucción había sido mayor en Río Negro que en toda la Provincia. Pero el terremoto no podía haber sido más fuerte en Rio Negro que, por ejemplo, en Puerto Montt.
Las razones tienen que ver con la formación geológica de la zona de emplazamiento de Río Negro derivadas principalmente del proceso de glaciación (entre unos 100.000 a 10.000 años atrás), aunque no por la directa presencia de un glaciar.
De acuerdo al informe final de la Comisión, en la geología de la zona de Río Negro no hay evidencias de formaciones montañosas (morenas, till), vinculadas a glaciares y en cambio encontraron material arrastrados (areniscos más o menos arcillosos) por escurrimientos de agua (sedimentos fluvioglaciales).
En Río Negro, “No se observan las capas de arcilla bandeadas de origen lacustre que forman el fundamento del fluvioglacial arenoso, por ejemplo, de Puerto Montt y Puerto Varas, lo que indica que Río Negro se encuentra ya fuera de la zona de los lagos donde se formaron estos sedimentos” (Herbet Thomas, William Bowes, Nelson Bravo, Informe Río Negro. Informe geológico sobre los efectos del terremoto del 22 de mayo de 1960, pág. 2). A lo anterior se agrega la presencia de “barro arenoso” y “humus”, pero lo más determinante, es que los terrenos de la zona de Rio Negro, “…no tienen una compactación tan fuerte como los depósitos fluvioglagiales, correspondientes de la región de los lagos” (Id., pág. 2).
La falta de compactación y los efectos de un verano seco (enero y febrero de ese 1960), hicieron que los terrenos oscilaran con las sacudidas del terremoto.
Por último, en la larga lista de recomendaciones, el informe señala, “En la colina donde se encuentra la plaza se pueden edificar solamente casas de madera de construcción ligera, también con pilares profundos” (Id., pág. 5); además, indica el informe, asumiendo que la construcción de una casa “…cerca del límite de una terraza debería encontrarse por lo menos a una distancia del borde que corresponde a la mitad de la altura de la terraza sobre el nivel del valle” (id.).
Al respecto, la Comisión enfatizó, “Si se aplicara este sistema a la loma central de Rio Negro, casi todas las casas al este de la calle Pedro Montt deberían ser demolidas” (id.).
A continuación se presenta parte de una transcripción realizada por Emilio Held Winkler del documento de Herbet Thomas, William Bowes, Nelson Bravo, «Informe Río Negro. Informe geológico sobre los efectos del terremoto del 22 de mayo de 1960, en la ciudad de Rio Negro». La información de este mismo documento, fue parte de varios artículos publicados por el mismo equipo, por ejemplo:
Thomas, Herbert ; Bowes, William A. ; Bravo, Nelson. 1963. Field observations made between Puerto Montt and Maullín. Seismological Society of America, Bulletin v.53 (n.6): pp.1353-1356.
Thomas, Herbert ; Bowes, William A. ; Bravo, Nelson. Geologic report on the effects of the earthquake of 22 May 1960 on the city Llanquihue [artículos de revistas]. 1963. Publicado en: Bulletin of the Seismological Society of America, v.53, n.6, pp.1357-1.
Thomas, Herbert ; Bowes, William A. ; Bravo, Nelson. Geologic report on the effects of the earthquakes of 22 May 1960 in the city of Puerto Varas [artículos de revistas]. 1963. Publicado en: Bulletin of the Seismological Society of America, v.53, n.6, pp.
Thomas B., Herbert ; Bowes, William A. ; Bravo S., Nelson. 1960. Informe geológico sobre los efectos del terremoto del 22 de mayo de 1960 en la región de Maullín, con observaciones adicionales hechas en el camino de Puerto Montt a Maullín, vía Las Quemas, Los Muermos y Lolcura. IIG, USAEC: 7 p., Santiago.
Thomas, Herbert ; Moraga, Aldo. Relación entre los daños producidos por los terremotos del 22 de mayo de 1960 y la geología del subsuelo, Osorno, Chile [monografías]. Santiago : IIG, 1960. 25 p.
Además de este informe, Emilio Held Winkler, realizó un album con fotografías del terremoto en distintas localidades del sur. Actualmente este documento se encuentra en la Biblioteca Nacional y se puede tener acceso digital a él, por medio de dos enlaces:
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