El cálculo errado del Ministerio de Educación

CRISTIAN LABRA GONZALEZ

Recientemente el Ministro de Educación ha justificado el trabajo remoto y ha anunciado también, el adelantamiento de las vacaciones de invierno.  Esto, según señaló, con el objeto de recuperar horas de trabajo presencial y no aumentar las brechas de aprendizaje que ya existen en nuestro país.  Pero estas opiniones se sostienen en un cálculo errado de la autoridad.

Este iba a ser un año atípico.  Se esperaba que el movimiento social podría alterar el funcionamiento normal de las actividades escolares y resultó mucho peor.  Enfrentados a una pandemia, las autoridades han debido tomar una serie de medidas que pretenden evitar la exposición de las personas, promoviendo que se no muevan de sus hogares, pero, por otro lado, no da soluciones ni facilidades reales para que ello funcione.

Para el mundo escolar formal, esto implicó a lo menos dos cosas: suspensión de actividades presenciales y desarrollo de clases remotas.

1.- La suspensión de las actividades presenciales por cuatro semanas, significó en todo caso, que los establecimientos educacionales debieron permanecer abiertos cubriendo tres objetivos: entregar material impreso, atender consultas de padres, apoderados, así como a los estudiantes y, sobre todo, entregar las “canastas alimenticias”.

Esta atención de público se desplegó en su segunda etapa, realizando “turnos éticos”, a pesar de que cada día que pasaba, aumentaba el riesgo de contagio. En efecto, durante todo este tiempo, los profesores y funcionarios del sistema educacional chileno que, si cumplieron con el mandato del Ministerio de Educación y han mantenido los colegios abiertos, han sido expuestos a un riesgo innecesario.

En efecto, el MINEDUC, junto con adelantar las vacaciones de invierno, estableció nuevas fechas, incluyendo aquella que marca el término del Año Lectivo.  Esfuerzo inútil, dado que nadie sabía la trayectoria que tomaría la pandemia y cómo esta, podría afectar el retorno a las aulas.  En consecuencia, nuestras autoridades, no dimensionaron y aún no dimensionan la real situación a la que nos enfrentamos como país.

2.- Respecto a la idea de que las clases se debían efectuar de manera remota, la primera dificultad fue el hecho, de que no todos los estudiantes contaban con conexión, por lo que, en estos casos, los establecimientos debían entregar el material impreso.  Otro elemento algo más complejo, fue el que esta orden de gobierno fue inconsulta respecto de los propios establecimientos educacionales y su capacidad operatoria, ya que muchos no poseen plataformas operativas, mientras que otros, si cuentan y por mucho tiempo con este beneficio para sus estudiantes.

Cristian Labra González
Cristian Labra González

Pero lo que en este mismo sentido y mucho más complicado aún, es lo que tiene que ver con la propia cultura escolar, es decir, la escasa costumbre de los estudiantes de realizar actividades formativas y tareas escolares en sus hogares, ya que recordemos, el MINEDUC, hace algunos años, prohibió precisamente la realización de tareas en el hogar.   A esto, hay que unir los efectos de la propia cuarentena, ya sea declarada o voluntaria, esto es, el estrés que ha significado.  Con todo, queda claro el error pedagógico al que nos someten nuestras autoridades.

Por otro lado, la decisión de adelantar las vacaciones de invierno, también es de la mayor complejidad.  Estás son un tiempo en que los niños y niñas deben descansar del proceso escolar, salir, pasear, jugar junto a sus padres y familia.  Pero en esta ocasión, deberán continuar encerrados en sus hogares.  Más allá de lo atendible de la medida sanitaria preventiva, estas próximas dos semanas, nada tendrán de vacaciones, por el contrario, el estrés, ansiedad e incertidumbre familiar siguen en aumento, sobre todo, en aquellos hogares en que uno de sus miembros debe salir a trabajar.

Considerando todo lo anterior, se puede ver con mayor claridad, el error del señor Ministro y de sus asesores. No es procedente mantener las actividades educativas de manera remota en la mayoría de los establecimientos educacionales del país, dado que, principal y mayoritariamente, los niños y niñas chilenos no tienen costumbre de esta modalidad de estudio.  Todo esto, más allá de las recomendaciones de la OCDE y pese al esfuerzo que los profesores hagan o por más apoyo y acompañamiento que realicen los padres y madres, las clases presenciales son irremplazables, aspecto, reconocido por la autoridad.

Al mismo tiempo, el apoyo en materia alimentaria comprometido por la JUNAEB, igualmente ha resultado deslucido por decirlo de alguna manera amable. La entrega de canastas alimenticias para los estudiantes más vulnerables, los beneficiarios del programa de alimentación escolar (PAE), no ha resultado del todo satisfactoria.  La realidad, es muy distinta a la mostrada en la televisión, destacando la ausencia o descomposición de algunos productos. Por último, un día antes del cierre total de colegios, se ordena la segunda entrega de canastas.  ¿Esto no es abusar y exponer innecesariamente a la población, así como a los funcionarios de la educación? Bueno, la respuesta todos la sabemos.  Pero nadie se atreve a decirla.

Finalmente, si la intención del Ministerio de Educación es disminuir la brecha educacional, sería importante efectuar un análisis real.  Adelantar las vacaciones de invierno o realizar clases “on line”, en las circunstancias que se ha dado, mal podrían ser experiencias significativas.  Por el contrario, ambas medidas, sin lugar a dudas, sólo han generado estrés y ansiedad en las familias y en los propios estudiantes, así como complicaciones en el personal de los establecimientos educacionales.  Por esto, el llamado que se puede hacer, es a analizar la situación desde nuestra propia realidad y no en referencia a Nueva Zelanda, Australia, entre otros.  Y menos considerar lo que señale la OCDE, que malamente pueden conocer la idiosincrasia de nuestro pueblo y que es lo que nos ha diferenciado históricamente en la Región. Gandhi decía, “La fuerza de una nación, depende en última instancia de lo que puede hacer por su cuenta, y no de lo que puede pedir prestado”.

Importante recordar que cuando estamos estresados, cuando el niño, la niña siente ansiedad, cuando se siente temor por la salud de su familia, por tanto y, en resumen, cuando se enfrenta a temores, claramente el cerebro no almacenará, en este caso las actividades educacionales que queremos desarrollar y/o lograr, siendo en su mayoría, tiempo perdido, produciendo situaciones anexas, como son insomnio, baja de defensas y hasta rechazo por el estudio, lo que podría afectarnos por varias generaciones.

Para concluir, que pasará este 27 de Abril, ¿Se aumentará el periodo de vacaciones de invierno para los estudiantes?, ¿Se continuará con el trabajo on line?, ¿Qué se hará?, ya que lo único claro que tenemos al día de hoy, es que la curva de contagios y fallecimientos sigue subiendo, por lo que se ve cada día más lejano el regreso de los estudiantes a las clases presenciales, por lo que quizás, la autoridad podría evaluar el disminuir la carga para el hogar en la fase de teletrabajo y reforzar las asignaturas fuerza al regreso a las aulas, cosa que también es especulativa, ya que nadie sabe qué ocurrirá mañana, perjudicando aún más, las buenas intenciones de la Autoridad.

Osorno, 07 de Abril del año 2020

(*) Profesor Especialista en Currículum y Evaluación, Doctor en Educación y Desarrollo, Presidente Fundación Dharma-Chile.

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