Historia local y patrimonio

MARCELO JAVIER NEIRA NAVARRO

La historia local, el patrimonio, incluso la identidad, se debaten entre la MUNDIALIZACIÓN y la LOCACIÓN.

Mundialización

Desde el siglo XVI, como se sabe, la economía europea comienza un fuerte proceso de expansión.  Sus alcances, en todo caso, serán civilizatorios, lo que implicó una expansión de aspectos económicos como el capitalismo, políticos como el Estado y el sistema interestatal, sociales como la división internacional del trabajo y culturales como la religión católica y el pensamiento liberal (Fernand Braudel, Civilización material, economía y capitalismo, 3 vols., Editorial, Madrid, 1979; Immanuel Wallerstein, El moderno sistema mundial, 3 vols., Editorial Siglo Veintiuno, México, 2005). 

Consecuentemente, pequeñas localidades han sido progresivamente absorbidas por el eurocentrismo.  Groso modo, durante el siglo XVIII y XIX, dos zonas se han constituido en centros sucesivos del sistema, Holanda primero y luego Inglaterra; durante el siglo XX, el centro ha estado localizado en Estado Unidos.  En una especie de “efecto centrípeto”, a falta de un concepto mejor, las influencias se expanden desde las zonas más desarrolladas en dirección de una periferia precaria en todos los sentidos. 

Históricamente, el centro ha procurado explotar económicamente a las periferias, dominarlas políticamente y al mismo tiempo, socialmente, a través de la división internacional del trabajo, han pretendido jerarquizar y marginalizar las poblaciones y, sobre todo, hegemonizarlas desde el punto de vista cultural.  En este sentido, la cultura hegemónica europea ha impuesto el capitalismo en lo económico, la democracia y el Estado nacional en lo político, jerarquías y meritocracia en lo social y ha impuesto también el liberalismo desde el punto de vista cultural. En suma, desde hace 500 años, se impone un proyecto de modernidad universalizante.

De este modo, las pequeñas, insignificantes y marginales historias, patrimonios e identidades locales son “subalternizadas”. Negadas. Por lo que finalmente tienden a desaparecer o a ser absorbidas por las estrategias integradoras de los Estados nacionales o del propio Moderno Sistema Mundial.

Locación

En la periferia o en el margen del sistema se desarrollan fenómenos, desde luego, en un sentido inverso a los del centro.  Van desde las localidades, desde unos emplazamientos de menor, escasa o mínima influencia, a los de mayor envergadura.  Se trata —de nuevo a falta de un concepto mejor— de un efecto «centrífugo».  Flujos, de fenómenos económicos (de recursos naturales), políticos (clamor por libertad, autonomía, liberación de impuestos, nacionalización, descentralización, regionalización, desconcentración, participación, luchas salariales, entre otros), sociales (migración, desruralización) y culturales (búsqueda y rescate de identidad, reconstrucción de historias locales, rescate y puesta en valor de patrimonios culturales, pero también paisajísticos, de biodiversidad, entre los más significativos). 

De este modo, el desarrollo del moderno sistema mundial se ha resuelto entre fenómenos de mundialización y los de localidad.  Y en medio de esta verdadera tensión, de esta verdadera dialéctica, algunos fenómenos culturales periféricos han podido sobrevivir en la larga duración.  Como ha ocurrido con los pueblos originarios, en algunos casos se ha usado estrategias de resistencia radical.  Pero habitualmente ella ha sido intuitiva o no planificada. Por ejemplo, el uso de lenguas nativas, usos y costumbres y también relatos ancestrales se han mantenido por medio de la oralidad.

Marclo J. Neira

Pero a partir de A partir de fines del siglo XX y lo que lleva corrido del XXI, las historias locales y el patrimonio se han fortalecido de manera categórica, ganando espacios que antes no tenían. Como señala Carlos Aguirre, desde la periferia se produce “…un intento de refugiarse en tradiciones e identidades locales distintas a las del proyecto civilizatorio de la modernidad capitalista” (Carlos Aguirre, Immanuel Wallerstein: Crítica del sistema-mundo capitalista, Editorial LOM, Santiago, 2003, pág. 87). Cada vez hay más personas y grupos que vuelcan su mirada hacia su entorno inmediato, intentando comprenderlo, para actuar eficaz y eficientemente a su cuidado.  Poniendo en valor la historia local. Rescatando lo ancestral y lo patrimonial.  A fin de cuentas, ganado en identidad. Aquí está la importancia de recuperar, de poner en valor la Historia local y el Patrimonio. 

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