Por Caroline Yans Paredes, académica de la carrera de Nutrición y Dietética Universidad Santo Tomás sede Puerto Montt
La obesidad es un problema de salud pública tanto a nivel internacional como nacional, siendo la prevalencia de ésta de un 54%, según la última Encuesta Nacional de Salud. Sus causas son multifactoriales, donde se incluyen: factores genéticos, ambientales, biológicos y psicológicos. De acuerdo con lo anterior, se han establecido diversos tratamientos para la disminución del peso corporal, donde los más efectivos son dieta, ejercicio físico, patrones de sueño adecuados, entre otros. Sin embargo, debido a la dificultad para mantener lo anteriormente mencionado, se han incorporado nuevas estrategias para la reducción de peso corporal, como lo es el mindfulness.
¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness o atención plena nace de la filosofía budista y se enfoca en dirigir intencionalmente la atención a las experiencias del momento, uno de sus propósitos es ayudar a las personas a aprender a sobrellevar y manejar el estrés, la enfermedad y el dolor.
Es un estado de mayor conciencia de uno mismo, incluidos los sentimientos, percepciones y los sentidos de una manera no autocrítica, sino que de aceptación.
¿Cómo se relaciona el mindfulness con el peso corporal?
Una de las causas del exceso de peso, es la alteración de procesos fisiológicos como el reconocer las señales de hambre y saciedad llevando a un desequilibrio en estas respuestas. Por otra parte, es importante el rol de la comprensión de las emociones, como la ansiedad que suele ser confundida con el hambre, lo que provoca un aumento en el consumo de alimentos altamente energéticos. Es así, como el mindfulness permite controlar la atención, enfocándola en mejorar la autorregulación de las emociones y la conciencia.
Estrategias efectivas y prácticas basado en mindfulness:
– Disminuir la velocidad a la hora de comer, para que las hormonas encargadas de la saciedad realicen su función y se evite comer de más, se debe comer lentamente, enfocando la atención al disfrute de los alimentos, sus texturas, sabores y colores.
– Enfocarse en la plenitud y satisfacción, enfocar la atención a la experiencia de la alimentación, en donde se centren las sensaciones físicas de plenitud y saciedad.
– Observar los alimentos antes de consumirlos y agradecer por ellos, esto permitirá relacionarse sanamente con ellos, sin entregarles una definición, como por ejemplo “no saludable”, “esto engorda”, etc., esto permitirá tener una relación amigable con los alimentos.
Finalmente, se puede concluir que incorporar prácticas de mindfulness es beneficioso para promover una relación amigable con la comida, lo que permite además disminuir el peso corporal a través de mejorar el comportamiento alimentario, la disminución del estrés y la impulsividad por consumir ciertos alimentos, para ello es indispensable reconocer las señales de hambre y saciedad.