MARCELO JAVIER NEIRA NAVARRO
Desde el punto de vista legal, una zona franca (ZF) básicamente es un “…área o porción unitaria de territorio perfectamente deslindada y próxima a un puerto o aeropuerto amparada por presunción de extraterritorialidad aduanera. ( ) En estos lugares las mercancías pueden ser depositadas, transformadas, terminadas o comercializadas, sin restricción alguna” (Ministerio de Hacienda, DFL 2, 2001).
En Chile actualmente, existen de norte a sur, Arica (D.L. N° 1611, “Autoriza establecimiento zona franca de Arica, 10 de diciembre de 1976), Tocopilla (Ministerio de Hacienda, Ley N° 19709, 22 de enero de 2001, que “Establece régimen de zona franca industrial de insumos, partes y piezas para la minería en la comuna de Tocopilla en la II Región”), Iquique (Ministerio de Hacienda, DFL 2, 18 de abril de 2001) y Punta Arenas y Aysén (Ministerio de Hacienda, Ley N° 19946, de 11 de mayo de 2004, “Modifica Ley Austral en materia de Crédito tributario y establece la ampliación de la zona franca de extensión de Punta arenas a la Región de Aisén para Bienes de Capital). En este último caso, la «Zona Franca de Extensión”, corresponde a la ciudad o región que se ubica inmediatamente adyacente a la ZF. Este es una prerrogativa realizada por el Presidente de la República en el ejercicio de sus facultades (SII, http://bcn.cl/qof3, septiembre, 2017).
Cualquiera sea el caso, una ZF es un ámbito en donde domina un régimen tributario de excepción, consistente en incentivos tributarios al desarrollo económico o franquicias tributarias de internación al territorio nacional liberada de impuestos. Todo establecido por medio de una Ley especial que tradicionalmente ha procurado incentivar el “desarrollo” de zonas extremas del país.
Una ZF para nuestra provincia se funda en una serie de consideraciones. La primera de ellas es el enorme potencial del paso Cardenal Samoré.
Luego de “Cristo Redentor”, es el segundo en importancia a nivel nacional en variables como cantidad de vehículos, cantidad de pasajeros y cantidad de carga transportada.
En nuestra Región y principalmente en nuestra Provincia,
podemos apreciar el enorme crecimiento del turismo y consecuentemente, las presiones para lograr una logística adecuada, preparación de recursos humanos, relatos histórico patrimoniales, entre otros aspectos sensibles.
Destacan también la existencia del turismo paisajístico, gastronómico, pero también de intereses especiales. Y este último tiempo, todavía, sobresale lo que podría ser “el turismo de Shopping”, ligado fundamentalmente a nuestros vecinos de la provincia de Rio Negro, Argentina. La presencia de argentinos actualmente alcanza a residentes de Viedma y Cármen de Patagones, localidades de la costa del Atlántico.
Desde un punto de vista estratégico, es necesario considerar la idea de “polos de desarrollo” que en su momento aportó avances significativos a la Regionalización. Este proceso tocó de manera muy particular a la Región de Los Lagos, específicamente, cuando se definió a Valdivia y Puerto Montt como nodos.
Ahora es el turno de Osorno. Precisamente, convendría impulsar un “centro de desarrollo», geográficamente intermedio entre los puertos de Valdivia y Puerto Montt. Ambos ya tienen enormes potencialidades en el futuro inmediato de este siglo XXI, considerando su proyección al mercado del Océano Pacífico liderado por China y “tigres asiáticos”.
Un pensamiento estratégico que pondere adecuadamente el futuro económico asociado al Océano Pacífico, tiene mayor relevancia todavía, considerando que la Zona Franca para la Provincia de Osorno, podría servir como un «hinterland» o zona posterior a los puertos, digamos, una especie de «trampolín» para traer y llevar productos “tierra adentro”, digamos, facilitando la entrada y salida de productos desde la norpatagonia argentina. Esto es, la importancia de una Zona Franca todavía se ve fortalecida frente al viejo anhelo de un Corredor Bioceánico que una a la Patagonia chilena y argentina, en general, un anhelo estrictamente económico, pero también turístico.