Manquemapu y los grandes procesos históricos

MARCELO JAVIER NEIRA NAVARRO

La existencia de la comunidad indígena de Manquemapu en la costa de Purranque es una expresión “descolonizadora”. ¿Qué significa esto? que su existencia tiene que ver con un proceso a dos tiempos históricos distintos, pero complementarios.

El primero de ellos es un proceso de largo aliento, digamos a partir de la conquista y colonización española. Desde el siglo XVI en adelante. Pero a comienzos del siglo XIX, el imperio español pasa por una profunda crisis que finalmente terminará desarticulándolo.

La aldea de Manquemapu data de comienzos del siglo XX. Por lo que en el proceso de larga duración de casi 300 años de presencia hispana, Manquemapu se relaciona de manera indirecta en relación a las acciones de conquista española. Pero resulta completamente heredera de complejos problemas económicos, derivados de la expansión del capitalismo y la explotación subsecuente. También de problemas políticos, como la dominación impuesta e incluso el exterminio y sociales, como el de la subalternización, marginación y desplazamiento. Igualmente intervienen fenómenos culturales producto de la hegemonía de la cultura europea, la propia derrota y negación en términos principalmente racistas.

El segundo fenómeno, también tiene que ver con la existencia misma de la aldea. Pero a través de él se entiende que el origen de la aldea es producto de un fenómeno que se explica por medio de una coyuntura política de mediano plazo. Esto es, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, el Estado nacional chileno impulsa lo que podría llamarse hipotéticamente un «proceso de descolonización sistémica por colonización nacional». ¿Qué quiere decir esto? Que en el mediano plazo, digamos, a partir de inicios del siglo XIX, interviene con mucho más vigor un proceso de dominio político del Estado nacional chileno, que a mediados del mismo siglo, cuenta con la fortaleza suficiente para desarrollar un programa de ocupación de las tierras del sur austral, mejor del Wal mapu.

Marcelo Neira Navarro

De este modo, el Estado nacional subvenciona el traslado de colonos en desmedro de la comunidad indígena. Esta acción es legitimada por un programa político e ideológico que concibe al sistema nacional chileno en expansión. Este proceso será de unos 60 ó 70 años y comienza a mediados del siglo XIX. De este modo, comienza una fuerte presión demográfica sobre las escasas comunidades indígenas que ocupaban el valle central de la actual Región de los Ríos y de Los Lagos. Este fenómeno se acentuó progresivamente incluso hasta comienzos del siglo XX, debido a sucesivas oleadas de inmigrantes.

Agobiados por este proceso neo colonizador estatal, algunos williches del valle central de nuestra Región, efectivamente debieron sentir la presión demográfica de la llegada de germanos desde 1850 hasta fin de siglo; de inmigrantes franceses, en el cambio del siglo XIX al XX y todavía, con la llegada de árabes sirios, comenzado el siglo XX.

De este modo, la fundación de Manquemapu durante la primera década del siglo XX, se debió al esfuerzo de Juan Antonio Loi, su fundador. Pero también debido al empeño de un grupo de familias Huilliches. Ellos se deslocalizan “voluntariamente”. Aunque quizá, también como respuesta a un pulso vital del deseaban de vivir en paz. Aunque el último término, esta misma decisión igualmente puede ser interpretada como un verdadero acto de resistencia no planificada o espontánea (WALLERSTEIN, 2007, p. 270).

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